Camboya: Una poema de Riley Gold
September 26, 2011 by admin
Dedos sucios
tocan la señora porcelana,
con su vestido de nieve
y aroma de rosas.
Miro, curioso,
la respuesta de gritos y risas
a un niño hambriento,
con una mano extendida…
Indudablemente
existen muchos colores
que manchan nuestras pertenencias
y queman los corazones.
Sin embargo, estas radiación
contienen pureza:
aire de estrellas,
luz de Dios.
La señora porcelana
no quiere dedos sucios
en su vestido de nieve.